lunes, 27 de febrero de 2012

Susan Sontag: Sobre la fotografía I



Coleccionar fotografías es coleccionar el mundo.
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La fotografía se ha convertido en un rito social, una protección contra la ansiedad y un instrumento de poder.
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Mediante las fotografías cada familia construye una crónica-relato de si misma, un estuche de imágenes portátiles que rinde testimonio a la firmeza de sus lazo. Poco importa que actividades se fotografían siempre que las fotos se hagan y aprecien. La fotografía transforma en rito de la vida familiar justo cuando la institución misma de la familia, en los países industrializados de Europa y América, empieza a someterse a una operación quirúrgica radical. A medida que esa unidad claustrofóbica, el núcleo familiar, se extirpa de un conjunto familiar mucho más vasto, la fotografía la fotografía la acompañaba para conmemorar y restablecer simbólicamente la continuidad amenazada y el ocaso del carácter extendido de la vida familiar. Estas huellas espectrales, las fotografías, constituyen la presencia vicaria de los parientes dispersos. El álbum familiar  se compone generalmente de la familia extendida, y a menudo es lo único que ha quedado de ella.
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Si las fotografías permiten la posesión imaginaria de un pasado irreal también ayudan a tomar posesión de un espacio donde la gente está insegura. As, la fotografía se desarrolla en conjunción con una de las actividades modernas más características: el turismo. Por primera vez en la historia, grupos numerosos de gente abandonan sus entornos habituales por breves periodos . Parece decididamente anormal viajar por placer sin llevar una cámara. Las fotografías son la prueba irrefutable de que se hizo la excursión, se cumplió el programa, se gozó del viaje. Las fotografías documentan secuencias de consumo realizadas en ausencia de la familia. Los amigos, los vecinos. Pero la dependencia de la cámara, en cuanto a aparato que da realidad a las experiencias, no disminuye cuando la gente viaja más. El acto de fotografiar satisface las las mismas necesidades para los cosmopolitas que acumulan trofeos fotográficos de su excursión en barco por el Nilo o sus catorce días en China, que para los turistas de clae media hacen instantánes de la torre Eiffel o las cataratas del Niágara.
El acto fotográfico, un modo de certificar la experiencia, es también un modo de rechazarla; cuando se confina a la búsqueda de lo fotogénico,, cuando se convierte la experiencia en una imagen, un recuerdo. El viaje se transforma en una estrategia para acumular foto. La propia actividad fotográfica es tranquilizadora, y mitiga esa desorientación general que se suele agudizar con los viajes. La mayoría de los turistas se sienten obligados a poner la cámara enter ellos y toda cosa destacable que les sale al paso.
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La gente despojada de su pasado parece la más ferviente entusiasta de las fotografías.
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La fotografía se  ha transformado en uno de los medios principales para experimentar algo.
Una vez terminado el acontecimiento, la fotografía aún existirá, confiriendo una especie de inmortalidad e importancia de la que jamás habría gozado de otra manera.
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Precisamente porque seccionan un momento y lo congelan, todas la fotografías atestiguan la despiadada disolución del tiempo, Las cámaras comenzaron a duplicar el mundo en momentos en que el paisaje humano empezaba a sufrir un vertiginoso ritmo de cambios: Mientras se destruye un número incalculable de formas de vida biológica y social en un breve periodo de tiempo, aparece un artefacto para registrar lo que está desapareciendo.
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Cada fotografía es un momento privilegiado convertido en un objeto delgado que se puede guardar y volver a mirar.




jueves, 16 de febrero de 2012

La Foto Biografía y la Terapia de Reencuentro

¿Porqué un Reencuentro?

En algún momento del camino dejamos de escucharnos, perdimos nuestra voz interior y empezamos sólo a escuchar sólo la voz de lo que "debíamos hacer"o "debíamos ser". Tenemos que reencontrarnos para saber quienes somos y decidir qué queremos hacer con nuestra vida.

Cada persona ha de buscar y encontrar su propio camino, el que considere más idóneo en cada momento, y así asumir la responsabilidad de su vida, para fomentar relaciones que favorezcan mutuamente la armonía, el crecimiento personal y la creatividad.

Para reencontrarnos como personas completas.

Para reencontrarnos con relaciones armoniosas, con relaciones de buen trato. Este tipo de relaciones se tienen que generar en nuestro interior, en nuestra, en nuestras relaciones, en nuestros vínculos y en lo social.

Reencontrarnos con nuestras heridas emocionales para sanarlas y sanarnos

Deseamos vivir con los demás en un mundo interdependientes, para desarrollarnos mutuamente y tomar conciencia de que, más allá de las diferencias, los seres humanos compartimos, en lo más profundo, anhelos e inquietudes similares( vivir en paz y en libertad, tener salud y condiciones de vida dignas que nos permitan crecer como persona, sentirnos amadas,, aceptadas, valoradas,etc.) Necesitamos sentirnos reencontrarnos interna y externamente como seres humanos, cooperativos, solidarios, con anhelos de justicia. Desarrollar nuestras posibilidades, conocer nuestras debilidades y afrontar nuestros conflictos para negociarlos y/o resolverlos.







jueves, 2 de febrero de 2012

La distancia interpersonal o "Próxemica"


El término proxémica es el que el antropólogo Edward Twitchell Hall, propuso para referirse al estudio del uso y percepción del espacio social y personal, dentro del contexto cultural, para referirse a la “distancia interpersonal” que mantenemos cada uno de nosotros con relación a los demás.

Hall notaba que la distancia social entre la gente, está generalmente correlacionada con la distancia física y describía cuatro diferentes tipos de distancia:


Distancia intima, que se presenta en fase próxima entre 0 y 15 centímetros, y en fase lejana entre 15 y 45 centímetros. En esta situación se presenta la posibilidad de mantener un gran contacto sensorial (visual, olfativo, térmico, táctil) entre las personas.


Distancia personal, que en fase próxima se da entre los 45 y 75 centímetros, y en fase lejana entre los 75 y 125 centímetros, y se presenta un cercano contacto sensorial entre las personas, donde el limite depende del alcance de las extremidades para saludarse, tocarse, darse la mano, etcétera.


Distancia social, entre 1.25 y 2 metros en fase próxima, y entre 2 y 3.5 metros en fase lejana. En esta situación se presenta un contacto sensorial débil, como se da entre compañeros de trabajo.


Distancia pública, que en fase próxima se presenta entre los 3.5 y 7.25 m, y mayor a los 7.25 metros en fase lejana. En esta situación se presenta un escaso contacto sensorial, típico en relaciones muy formales, conferencias, discursos, situaciones sociales entre desconocidos, etcétera.


Las invasión que se puede presentar a estos espacios no solamente es corporal, también pueden ser auditivas, olfativas, o sensorial de algún otro tipo, por lo que entre compañeros con los que no se mantienen relaciones personales, el mantener distancias inferiores a 1.25 o 1.5 metros pueden dar lugar a conflictos.